Los débiles son más fuertes

Hace muchos años supe de un hombre que tenia cierta reputación de manera que no cualquiera se metía con el. Cierta vez escuche una anécdota de su vida en  la cual se dice que cierta persona le quedó a deber un bien que le compró y huyó sin pagar ese bien, al tiempo esa persona volvió y obviamente este hombre, protagonista de esta anécdota, quiso cobrar la ofensa de la única manera que sabía.  Pero estaban cambiando algunas cosas en su vida, así que ya no quería hacer las cosas como antes y estaba entre seguir manteniendo su reputación y vivir de otra manera.

Por esos días se encontró con alguien que había cambiado su vida y le pidió consejo, ¿Qué hago?, ¿Cómo le hago para tener eso que tienes?, Ya no quiero vivir así, además no puedo dejar pasar esta ofensa, mi reputación está en juego.  La respuesta lo dejó helado, “si quieres llevar otra vida en tu andar adelante, debes soltar la que traes”, continuó diciéndole, “tu no necesitas ese dinero, ni siquiera es importante para seguir con tus negocios; ve con la persona, dile que no debe temer más, que puede estar con su familia otra vez”. No fue fácil, lucho con este pensamiento muchos días hasta que siguió el consejo, era mas fuerte su deseo de un futuro diferente que el deseo de venganza.

Mientras sufría enfermedades y persecuciones aun de su propia gente, El Apóstol Pablo escribió durante una de las etapas difíciles en su vida, después de acudir a Dios por provisión, cuidado y salud.

2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder es pleno en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que MORE sobre mí el poder de Cristo.

A nadie nos gusta que nos consideren débiles en este mundo, ni siquiera nuestros hijos, ni nuestras mascotas. Siempre seremos los “machos alfa” o “mama leona”, porque debilidad significa fragilidad también, significa que cualquiera puede tomar lo nuestro, lastimar a quien amamos, etc. Pero Dios nos enseña otra manera, no se trata de poner el tapete para ser pisados, se trata de un cambio de formas, de un cambio de ingenio, se trata de dejar que Dios determine cómo solventar nuestros problemas de manera que el sea nuestra fuerza en la vida, de manera que todos vean que quien pelea por mí es el creador del universo, ya no es mi fuerza, ya no es mi manera, ya no sostengo mi vida en mis propias manos, mi vida ahora está en Sus manos… Acepto ser débil si eso le permite a Dios ser mi fuerza.

Por cierto, a esta persona de quien hablaba, perdonó la deuda, Recuperó lo perdido? No se como lo veas, pero ahora el tiene tres veces mas de lo que dejó ir y está viviendo la vida que pensó.

P. Obed Huerta Director del Instituto