¿Qué año tan raro fue el 2020 no? Una pandemia mundial, ¿te imaginaste alguna vez que te iba a tocar vivir esto?  Me puse a pensar en lo difícil que ha sido para todos nosotros atravesar los tiempos de Covid, personas quedándose sin empleo, otras teniéndose que exponer para salir a trabajar, y sobre todo muchísimos más el ser contagiados de este virus. Aún con todo esto creo que fue un año para encontrar fortaleza, para despertar nuestra consciencia, para ser guiados por la empatía y buscar la esperanza en las pequeñas cosas, un año en que nos ha dolido tanto perder seres amados, tal vez sueños y planes que habíamos construido. Pero recuerda que Dios sigue estando al timón del barco, Él es más grande que cualquier virus, no creo que sea su voluntad que todo esto esté sucediendo, pero si creo que Él tiene el control de nuestras vidas, es nuestra protección, tal vez te has sentido frustrado en éste tiempo porque las cosas no han salido como habías esperado, tal vez estás batallando con tu salud o tu economía, cualquiera que sea tú situación quiero recordarte la historia de cuando Jesús calmó la tormenta, en Mateo 8:24-26 dice:

-De repente, se desató sobre el lago una fuerte tormenta, con olas que entraban en el barco; pero Jesús dormía. 25 los discípulos fueron a despertarlo: —Señor, ¡sálvanos! ¡Nos vamos a ahogar! —gritaron. 26 —¿Por qué tienen miedo? —preguntó Jesús—. ¡Tienen tan poca fe! Entonces se levantó y reprendió al viento y a las olas y, de repente, hubo una gran calma.

Los discípulos estaban asustados en medio de la tormenta, pero sabían que Jesús estaba con ellos, pero no se habían dado cuenta que era mejor atravesar la tormenta con Jesús en la barca que estar sin Él la calma. Descansemos en esta verdad, aun si sientes que te estás ahogando, recuerda que Jesús viene contigo en la barca por muy difícil que se puedan poner las cosas, recuerda esto y agradece que has llegado hasta aquí, no te ha soltado de su mano y no lo hará jamás.